Autor: Luis Fernando Gómez
Exabrupto pasaron las semanas desde la caída del dictador Jorge Ubico, el 1 de julio de 1944; la llegada de Federico Ponce Vaides al poder levantaba nuevamente los temores de una nueva dictadura en Guatemala. Para comprender este suceso debemos remontarnos un mes atrás, el 1 de junio de 1944 el dictador Jorge Ubico incrementó en 15% el salario de los trabajadores públicos, pero aplicaba exclusivamente a aquellos que ganaban menos de 15 quetzales al mes, esto dejaba fuera a los maestros que inmediatamente reaccionaron manifestando pacíficamente con el afán de ser beneficiados con el aumento. Además, los estudiantes se alzaron en contra del gobierno para pedir reformas a la estructura administrativa de la Universidad San Carlos de Guatemala.
El 25 de junio de 1944 en una manifestación de mujeres vestidas de luto para mostrar su indignación en una manifestación pacífica, muere la maestra María Chinchilla Recinos, al ser alcanzada por uno de los disparos de la caballería presidencial en su intento por dispersar la manifestación. Este acontecimiento provoca que las manifestaciones aumenten de tal manera que a la semana siguiente renuncia el dictador Jorge Ubico el 1 de julio de 1944.
En la revolución de 1944 se defendió la libertad del pensamiento, fue una época en donde las asociaciones estudiantiles tomaron cierto protagonismo, principalmente de la Universidad San Carlos de Guatemala, para derrocar a la dictadura de Jorge Ubico. Fue un proceso participativo debido a que los hombres y mujeres, trabajadores, estudiantes y de diferentes sectores, salieron a las calles para manifestar en contra de la dictadura a exigir más y mejores derechos, algo sin precedentes.
Después de la renuncia de Jorge Ubico quedó designado para presidente el General Federico Ponce Vaides; las personas aun manifestaban su descontento con la sucesión del cargo y el temor de una nueva dictadura, por lo que fue presidente solamente 3 meses y 20 días ya que el 20 de octubre se lleva a cabo un golpe militar en su contra dirigido por: Jacobo Arbenz Guzmán, Jorge Toriello y Francisco Javier Arana, conformando una junta revolucionaria de gobierno.
La junta revolucionaria de gobierno emitió una nueva constitución en 1945, y mantuvo 10 principios fundamentales los cuales son los siguientes: I) descentralización de los poderes del Ejecutivo y del Estado. II) Supresión de designados a la presidencia y sustitución de estos por un vicepresidente. III) Alternabilidad en el poder, aboliendo la reelección y reconociendo al pueblo el derecho de rebelarse cuando se intente. IV) Nueva Constitución en 1945 y organización del Ejército. V) Organización democrática de las municipalidades mediante la elección popular de sus miembros. VI) Autonomía efectiva del Poder Judicial. VII) Autonomía de la Universidad Nacional. VIII) Reconocimiento constitucional de los partidos políticos de tendencia democrática. IX) Sufragio obligatorio y voto secreto para el hombre alfabeto. Sufragio obligatorio y voto público para el hombre analfabeto, limitando su ejercicio a elecciones municipales. Reconocimiento de la ciudadanía a la mujer preparada para ejercerla. X) Efectiva probidad administrativa.
Se desarrollaron las primeras elecciones democráticas del siglo pasado en Guatemala, mismas que gana el Doctor Juan José Arévalo (1945 -1951), el grito de ¡Viva Arevalo! Se convirtió en una especie de saludo entre los ciudadanos; triunfó abrumadoramente con un 86% del voto.
Durante el gobierno del presidente Juan José Arévalo se consolidaron los decretos emitidos por la junta revolucionaria de gobierno, se creó el IGSS, se promulgó el Código de Trabajo, se construyó la ciudad olímpica, se construyó el Conservatorio Nacional de Música y la Biblioteca Nacional. El presidente Juan José Arévalo tuvo 30 intentos de golpe de estado, de los cuales ninguno tuvo éxito. También se debe hacer mención de la muerte del General Francisco Javier Arana el 18 de julio de 1949, en un arresto que llevó a cabo el Ejército de Guatemala en su contra, ya que se consideraba un disidente político en contra del presidente Juan José Arévalo y al momento de oponerse al arresto se desata un tiroteo que le costó la vida.
El coronel Jacobo Árbenz Guzmán fue electo presidente para el período 1951-1954. Era un presidente joven, tenía 38 años cuando asumió el cargo. Su programa de gobierno se centraba en la construcción de la hidroeléctrica Jurún Marinalá, la construcción de la carretera al atlántico, para romper con los monopolios que se habían establecido en Guatemala, principalmente extranjeros como la UFCO y la IRCA, por esta situación también se piensa en hacer la reforma agraria con el decreto 900.
Miembros de la CIA fueron informados del decreto 900 y la ley de expropiación de tierras, provocando una campaña en contra del presidente Jacobo Árbenz, tachándolo de socialista por el gobierno de Estados Unidos con anuncios de radio falsos, lanzando publicidad desde aviones extranjeros que corrompieron nuestra soberanía, en medio de la confusión surgió la figura del militar Carlos Castillo Armas, quien apoyado por Estados Unidos y el embajador Purefoy conspiraron contra el gobierno de Jacobo Árbenz reclutando un ejército mercenario en Honduras, conformado por campesinos a quienes se les prometió un triunfo y beneficios. En un ataque dirigido por tierra tomaron la ciudad de Esquipulas y desde ahí se proponían “invadir el resto de Guatemala”.
Fueron múltiples los intentos de parte del gobierno de Guatemala de exponer la situación ante la comunidad internacional, para denunciar lo que estaba sucediendo, sin embargo, debido a las presiones de Estados Unidos la comunidad internacional no tuvo la diligencia necesaria para investigar con prontitud los hechos en Guatemala. A la vez la iglesia exacerbó la idea de que Jacobo Árbenz era comunista. El presidente Jacobo Árbenz Guzmán fue obligado a renunciar el 27 de junio de 1954.
El respeto a la democracia fue un valor principal en la revolución del 20 de octubre, quizás por eso Jacobo Árbenz tomó la decisión de renunciar. Seis años después de su renuncia en 1960 inició el conflicto armado interno en Guatemala, una guerra civil interna que duró 36 años y que costó miles de vidas. Las manifestaciones, las luchas sociales y los logros de la revolución de octubre nos hacen reflexionar nuevamente en la posibilidad de regresar a una época de revolución, de cambiar las cosas que no nos gustan de nuestro gobierno y de volver a vivir la “primavera guatemalteca”.