Autor: Luis Fernando Gómez

Con el triunfo de la revolución del 20 de octubre de 1944 consolidado y la población relativamente convencida, se iniciaron una serie de cambios en la estructura del gobierno de Guatemala.

La Junta Revolucionaria de Gobierno, conformada por Jorge Toriello, Jacobo Árbenz y Francisco Javier Arana, conservaron el mando hasta el 15 de marzo de 1945. En este lapso de tiempo se promulgó una nueva Constitución Política de la República, la cual autorizó la creación de sindicatos, se abolió el trabajo forzoso, se aprobó el voto femenino y se establecieron garantías sociales entre otras cosas.

El presidente Juan José Arévalo (1945 – 1951), se valió de la nueva configuración constitucional para crear el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social IGSS, el cual fue bien recibido por los frentes populares de la revolución. El Código de Trabajo surgió para establecer las jornadas laborales de 8 horas y una serie de derechos para el trabajador que existen hasta el día de hoy. Los precios del café experimentaron un alza, temporal, pero en un primer momento dejaba muy buena impresión del gobierno. Cabe mencionar que Guatemala se incorporó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, lo cual permitió que la deuda del país creciera en comparación con el régimen de Jorge Ubico, quien había procurado la total cancelación de deudas del país y lo había hecho con éxito. Este apoyo económico internacional permitió la construcción de centros deportivos y escuelas en todo el país.  

Se emitió también la ley de bancos y hubo un intervencionismo en la economía, las alarmas saltaron en los sectores empresariales organizados cuando se emitió la ley de expropiación, Decreto 529 – 1948, en donde se estableció que las expropiaciones se podían llevar a cabo en base a la declaración fiscal. Este elemento fue uno de los causantes del movimiento contra revolucionario que más tarde afectó al gobierno de Jacobo Árbenz, junto con la reforma agraria.

Otros aportes del presidente Arévalo fueron: el Instituto Indigenista Nacional, Instituto de Fomento de la Producción INFOP, Instituto de Antropología e Historia, la Escuela Rural de Agricultura, la Facultad de Agronomía y Humanidades y un plan basto de desarrollo vinculado al sector rural y el fomento de la cultura en los guatemaltecos.

El “socialismo espiritual” con el que gobernó Arévalo fue bien visto los primeros años, principalmente por las clases menos favorecidas, las cuales crecieron, especialmente la clase social media, algo que en la actualidad se está erosionando.

El gobierno de Arévalo genera añoranza entre los guatemaltecos, los triunfos y derrotas, historias que aun sobreviven en la sociedad actual y que quizás sean un componente del éxito reciente del hijo del presidente, Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala. 

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