Por: Luis Fernando Gómez
En febrero de 1524 Pedro de Alvarado avanzaba hacia el sur del continente desde México, con ayuda de los tlaxcaltecas, indígenas mexicanos que le acompañaban para guiarle dibujando mapas del territorio y pelando en las batallas junto a ellos, al llegar a Xetulul encontraron poca resistencia antes de tomar el pueblo por la fuerza para instalar una base. Los españoles tenían avances militares significativos, principalmente debido al uso de caballos, pólvora, espadas y armaduras de acero. Estuvieron varias semanas en Xetulul para planificar el ascenso y conquista de Xelajú, además de continuar en la búsqueda de la capital del reino quiché, Q’umarkaj.
El ascenso hacia Xelajú fue por la ruta sur del valle, actualmente Zunil, es necesario mencionar que por aquella época no existía el volcán Santiaguito. Al realizar la expedición el cambio de clima fue uno de los principales factores que afectaron al ejército español, a 2,333 msnm, un territorio lleno de montañas colmadas por espesos bosques de pino, ciprés y cerezo que rodeaban el valle relativamente plano y cubierto por la niebla; a los costados el Volcán Santa María y el Cerro Quemado se alzaban imponentes en el escenario. La noticia de la llegada de los españoles al imperio llegó a saberse en Xelajú mucho antes de que arribaran al territorio, esto motivó a los quichés a prepararse militarmente.
Fue la mañana del 20 de febrero cuando inició la conquista de Xelajú, miles de guerreros quichés se encontraban listos para sorprender a los españoles en la batalla de los Llanos del Pinar, lugar conocido también como Pachaj, armados con lanzas, cuchillos de obsidiana y arqueros que constituían la resistencia más grande que habían encontrado los españoles desde la conquista de Tenochtitlan en México. La batalla inició con mucha energía, los españoles eran muy hábiles para formarse con sus caballos, animales que los quichés nunca habían visto y despertaban temor entre los guerreros, además, la armadura de los españoles representaba una ventaja significativa al momento de entrar en combate.
Entre los quichés había una sección de guerreros de élite, entrenados para la guerra, allí se encontraba Tecún Umán luchando hombro a hombro con los quichés para detener el avance español, Pedro de Alvarado al ver la resistencia que de estos guerreros de élite adornados exageradamente con plumas de quetzal, esmeraldas en el pecho y la frente, se acercó con sus subalternos a combatirles; Tecún Umán al ver que Pedro de Alvarado estaba cerca se arrojó con su lanza para incrustársela en el pecho al caballo y posteriormente derribar a Pedro de Alvarado, al caer al piso lucharon en el suelo de aquella fría mañana de febrero. En esta situación el ayudante de Pedro de Alvarado, el general Argueta, desenvainó su espada y se la incrustó en el estómago a Tecún Umán, posteriormente Pedro de Alvarado logró levantarse y atravesó con su lanza en el pecho del príncipe quiché dándole muerte, este hecho desmoralizó a todo el ejército quiché y por ese día la batalla se dio por culminada.
En los días siguientes hubo otras batallas para terminar de conquistar el territorio, los quichés reclamaron el cuerpo de Tecún Umán para enterrarlo en el Cerro del Tecún, actualmente Cerro El Baúl. La extrema violencia del ejército español provocó otras masacres como la del rio Xequijel, nombrado así porque significa “rio de sangre”.
Luego de que los españoles instalaran un improvisado destacamento militar en las inmediaciones de Salcajá, finalmente, el 15 de mayo de 1524, se celebró una misa en Quetzaltenango, en el terreno donde actualmente está la Escuela Manuel Enecon López, a un costado del INVO en la 1ª Calle y 12ª Avenida de la zona 1, fue fundada por Pedro de Alvarado con el nombre de “Quezaltenango de la Real Corona” en vísperas de pentecostés. Quetzaltenango significa “tierra de quetzales”, se dice que los tlaxcaltecas le llamaban así al territorio, es decir los indígenas mexicanos le llamaban así, debido a que en Quetzaltenango existió un comercio abundante de plumas de quetzal, seguramente muchos de sus habitantes lucían estos adornos y de otras regiones visitaban Quetzaltenango para comerciar con estas plumas; también se sabe que en la cuenca del río Samalá, por Zunil, existió una basta población de quetzales, ave característica de la región. Otra versión señala que el territorio se llama Quetzaltenango debido a las plumas con las que vestían los guerreros quichés en la batalla de la conquista.
La conquista española de Xelajú Noj tiene una historia profunda de donde surgen los diferentes nombres del territorio: Xela, Xelajú o Quetzaltenango, son los nombres que recibe esta ciudad colmada de riqueza histórica.
Muy interesante. Agradecería mucho que pudieran publicar la bibliografía de su información porque me gustaría conocer más sobre historia. Felicidades!